Reseña histórica de la Cooperativa - Años ´50 a ´80

 

Charlone en la década de 1950

Al momento de la creación de la Cooperativa Eléctrica, la economía de Charlone giraba en torno a la planta láctea de SanCor, que ocupaba 180 operarios. Esto sumado a las pequeñas explotaciones agropecuarias.

La educación estaba cubierta por una Escuela Primaria y la seguridad por un Puesto de Vigilancia.

En materia de comunicaciones, disponíamos de una Oficina Pública de teléfonos, una sucursal de Correo y nos vinculábamos a Rufino a través del Ferrocarril General San Martín.

La salud estaba cubierta por un profesional médico y un farmacéutico.

Nuevos objetivos

Con el correr de los años los objetivos se fueron diversificando, con la misión de seguir ofreciendo a la comunidad lo que los tiempos van marcando, de manera de no quedar relegados ante los continuos avances.

Suficiente prueba de ello es la Asamblea General Extraordinaria que se llevó a cabo en 1969 al sólo efecto de reformar el Estatuto Social y permitir la inclusión de distintos servicios que hacen al desarrollo comunitario.

A partir de allí, la Cooperativa pasa a ocupar el lugar que el Estado ha dejado vacante en nuestra comunidad, pero con el consentimiento de éste y es así que comienza una época de tareas conjuntas con el gobierno municipal y provincial, que se traduce en el cumplimiento de objetivos planteados por los asociados de la Cooperativa.

Recién en 1967 se logró la conexión al sistema nacional. En la Nochebuena de ese año, Charlone pudo tener suministro de energía durante las 24 horas. Ahora, la tarea comenzaba a centrarse en el hecho de que más cantidad de vecinos puedan tener acceso al suministro y para ello comienza con el tendido de las redes urbanas de distribución.

Otras inquietudes empezaban a gestarse en el seno de la organización. Se observaba por entonces que el servicio de salud era deficiente,  los niños carecían de un lugar físico donde asistir al curso pre-escolar, la contaminación del agua, la deficiencia en las comunicaciones, etc.

Una serie de situaciones desgraciadas determinó que el orden de prioridades debía estar encabezado por un hecho que podía resolver la Cooperativa por si sola: la adquisición de una ambulancia para el traslado de enfermos y comenzó así, su trabajo por la atención de la salud en nuestro pueblo. También se tuvo que ocupar, casi simultáneamente, de la atención del servicio de sepelios, ante la desaparición de la firma que habitualmente los prestaba y con ello otra necesidad: la casa velatoria.

Estaba en marcha ya una pujante organización solidaria que día a día se iba consolidando como motor del desarrollo de nuestro pueblo.

En 1976 pone a disposición de las autoridades educativas un inmueble para la construcción del Jardín de Infantes 907, donde por más de veinte años los niños de nuestro pueblo cumplieron su ciclo pre-escolar.

Paralelamente inicia gestiones ante diversas entidades para conseguir la radicación de una sucursal bancaria que atienda las necesidades de la zona.

Se arriba a un acuerdo con el gobierno provincial y se concreta la llegada de una sucursal del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Uno de los puntos del acuerdo era gestionar dos viviendas para el gerente y tesorero de la sucursal y fue la Cooperativa quien en terrenos de su propiedad construyó las viviendas y se las cedió al Banco.

Por otra parte, en 1978 participa activamente la fundación de la Federación de Cooperativas de Electricidad y Servicios Públicos de la Provincia de Buenos Aires (FEDECOBA), ocupando desde entonces distintos cargos en el Consejo de Administración.

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